Antiinflamatorios en deportistas



Están cambiando muchos paradigmas, entre otros, el de la inflamación. Hace años, los médicos (particularmente los traumatólogos) tenían el bolígrafo especialmente dispuesto a la receta de antiinflamatorios ante todo tipo de lesión deportiva. El argumento era disminuir la inflamación para ayudar a la recuperación rápida. Posteriormente, los médicos del deporte empezamos a introducir la aplicación de hielo rápidamente en la zona junto a otras medidas físicas para reducir la inflamación y el tiempo posterior de reposo.

Ahora estamos en una disyuntiva importante que hace que muchos lectores reciban información contradictoria y confundan términos y tratamiento. Nuestra sociedad es, básicamente, sedentaria, lo que unido a unos cambios dietéticos importantes, ha situado a la inflamación en el punto de mira de los médicos y, de hecho, múltiples patologías se consideran de causa inflamatoria (diabetes del adulto, obesidad, arteriosclerosis….). Tanto es así, que se habla de un estado general de inflamación de bajo grado en todos nosotros..En este sentido, y como respuesta a esta situación, muchos médicos recomendamos antioxidantes (de propiedades antiinflamatorias), ingesta de ácidos grasos n3, ejercicio físico etc 


La transcripción directa de estos criterios a los deportistas lleva a utilizar antioxidantes musculares de forma continua (carnosina), tratar de forma inmediata las lesiones con antiinflamatorios (AINES y corticoides) etc, de modo que existe una especie de “lucha contra la inflamación”.


Sin embargo, yo he defendido muchas veces en estos artículos que los deportistas son los actuales cazadores y recolectores, de modo que los criterios que nos llevan a las consideraciones anteriores, puede que no sirvan en absoluto. Un ejemplo es la fisiología del entrenamiento muscular en el que se considera la inflamación y el edema como imprescindibles para la hipertrofia muscular. ¿Pero qué pasa con la lesión en su fase aguda? ¿Hay que evitar la inflamación? Bien, pues aquí es donde están cambiando algo las cosas. Ahora entendemos que la inflamación aguda es conveniente para una recuperación rápida ¿Una contradicción?


No lo parece a la vista de los estudios con citocinas y mediadores de la inflamación. Más bien parece que en una primera fase están contraindicados los fármacos antiinflamatorios (antiinflamatorios no esteroideos o AINES) al tiempo que lo que sí parece indicado es la crioterapia y medidas dietéticas como tomar ácidos grasos omega3 (particularmente EPA y DHA) potenciados con una dosis baja de aspirina (pera que se generen resolvinas). También pueden ser convenientes compuestos de herboristería con efectos antiinflamatorios (cúrcuma, extracto de sauce…). 


Una vez superada la fase aguda, es el momento de luchar con todos nuestros medios contra la posibilidad de un proceso inflamatorio cronificado.

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