Todos los días voy al gimnasio a realizar mis ejercicios de mantenimiento (ya no se puede hablar de entrenamiento…) y, lógicamente, no puedo evitar observar lo que hacen los usuarios. Por un lado está el grupo de culturistas, más o menos desarrollados, pero todos con la rutina de ejercicios típica, series de 10 a 15 repeticiones entrenando un grupo muscular diferente según el día de la semana (y dejando para el domingo el tren inferior, porque yo no suelo verles entrenar piernas en el resto de los días en que coincidimos…). Por otro, está el cada vez más amplio, grupo de personas que acuden para mantener su cuerpo más o menos “a tono”. Suelen inscribirse en actividades de grupo tipo spininnig, body pump, body combat, body etc. Finalmente, empieza a ir apareciendo un grupo (que será el que llenará los gimnasios en poco tiempo) de personas que van acompañadas de un monitor o entrenador personal porque utilizan el ejercicio como complemento terapéutico para mejorar patologías como el s