Sobre el picolinato de cromo....
Hace tiempo que se usan derivados del cromo como estimulantes de
la hipertrofia muscular y de ellos, el más utilizado es el picolinato de cromo.
El cromo trivalente (en su estado de oxidación +3), es un elemento
esencial, aunque no se conocen con exactitud sus funciones. Parece participar en
el metabolismo de los lípidos y en el de los hidratos de carbono y es necesario
para mantener el metabolismo normal de la glucosa en los animales de
laboratorio (actúa como cofactor de la insulina).
Se sabe que la concentración sérica de cromo aumenta
inmediatamente después de la finalización del ejercicio físico, y permanece así
durante dos horas, lo que lleva consigo un aumento de las pérdidas renales.
También se sabe que dietas ricas en azúcares simples pueden incrementar las
pérdidas urinarias incluso en un 300 %. No obstante no está demostrada la
necesidad de su suplementación en deportistas, aunque debe asegurarse que la
ingesta es adecuada (se encuentra en cereales, brócoli, manzanas y mejillones).
Su uso en deportistas se generalizó a partir de dos estudios, uno
en estudiantes y otro en jugadores de rugbi. En ellos se encontró que aumentó
la fuerza y la masa muscular tras dar picolinato de cromo al grupo tratado
(Evans GW, 1993).
Si embargo, numerosos estudios posteriores (Hasten DL et al.,
1992; Lukaski HC, 2001.; Hallamrk MA et al., 1996; Clancy SP et al., 1994), han
coincidido en no encontrar ninguna variación significativa tras suplementar con
derivados de cromo a los deportistas (Davis JM et al., 2000; Benner R et al.,
2006).
En 1996, la Federal Trade Commission emprendió acciones contra
tres empresas, Nutrition 21, Body Gold, and Universal Merchants. Ninguna de las
tres pudo presentar evidencias científicas de las propiedades que anunciaban
sobre el picolinato de cromo. Por otro lado, un estudio de Stearns del National
Cancer Institute demostraron lesiones cromosómicas en hamster tratados con
dicha sustancia, lo que cuestiona seriamente la ausencia de efectos
secundarios, además, el cromo en altas concentraciones es un agente
contaminante carcinogénico más (Stearns DM et al., 2002).
Actualmente se estudia el oligopéptido cromodulina
(chromium-binding oligopeptide) que parece ser un sistema de autoamplificación
del mecanismo de inicio de la actividad del receptor de insulina, aunque su
acción en el sujeto que ingiere cromo aún es incierta.
No se debe de exceder de 200 mcg al día. Existe una referencia de
un caso de rabdomiolisis en una deportista que tomó 1.200 mcg de cromo durante
2 días, así como insuficiencia renal tras la administración de 600 mcg al día
durante 6 semanas. Por otro lado, el picolinato de cromo es una sal del ácido
picolínico que está involucrado en la degradación del triptófano vía
quinurenina y tiene acciones a nivel cerebral que se han relacionado con
alteraciones en pacientes que toman medicación ante diversas alteraciones
mentales.
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