Noticia publicada en el periódico El País del día 20
En
el aeropuerto de Madrid se le intervinieron a Beltrán (médico colombiano) de 48
años, viales de AICAR y TB-500, productos dopantes indetectables. Fue detenido
como jefe de la organización delictiva y, dado que no tiene domicilio en
España, ingresa en prisión. En Madrid también detuvieron a Carlos Andrés
Ibáñez, César Pérez y una persona residente en Getafe, un presunto traficante a
pequeña escala de sustancias dopantes. Simultáneamente, en Cataluña los mossos arrestaron
a dos hermanos marroquíes residentes en Sabadell, a Fernando A.M., dueño de la
tienda de Mataró, al enfermero Nefatlí M.P. y a un amigo suyo que le ayudaba, y
a Pedro Antonio L.M., de Cerdanyola, propietario de una tienda de nutrición
deportiva que proporcionaba hormona de crecimiento de origen árabe que obtenía
en el mercado negro, según la policía. Aparte del AICAR y el TB-500 de Beltrán, también se requisaron en la operación
otras sustancias dopantes: EPO, EPO CERA, anabolizantes y hormona de crecimiento.
Me
centraré en una de las sustancias detectadas que, probablemente, es muy poco
conocida, el AICAR.
El
AICAR (5-aminoimidazol-4-carboxamida-1-beta-4-ribofuranosido) es un activador
de una proteína, la AMPk (AMP-activated protein kinase) que es un componente
final de la cascada de protein-quinasas (enzimas que modifican otras proteínas
mediante fosforilación, y por tanto las activan o desactivan). Estas enzimas
actúan como sensores intracelulares para mantener el balance energético de la
célula. El tratamiento con AICAR provoca un incremento en la expresión de GLUT
4 (un transportador de glucosa en el músculo) y Hexoquinasa (enzima asociada a
la utilización energética de la glucosa), en fibras rojas y blancas de
múltiples músculos, por activación en la transcripción de los genes
correspondientes. Este efecto lo estudiaron en ratones Rong Tao y colaboradores
en 2010. Cuando estos autores trataron a ratones sedentarios con AICAR
observaron una mejora en el rendimiento físico de un 44% comprobando que había
un aumento de los niveles de glucógeno, transportadores de glucosa (GLUT4) y
enzimas mitocondriales envueltos en ciclos energéticos. Casi inmediatamente, la
organización del Tour de Francia intuyó que se estaba empleando como agente
dopante y actualmente está considerado prohibido en su uso por deportistas.
Hasta
aquí la parte técnica (lo siento por los lectores menos especializados). Lo
interesante para el gran público deriva de los conocimientos que tenemos acerca
del ejercicio físico y la dieta y su acción sobre el AMPk, que es de lo que voy
a comentar algo que me parece muy ilustrativo
La
situación de nuestros antepasados durante cientos de miles de años ha sido muy
diferente de la que disfrutamos en las últimas décadas. En plena evolución,
nuestro organismo se enfrentaba a ciclos en los que se comía cuando había caza
y se pasaba hambre cuando escaseaba. Para conocer el momento en que se producía
el agotamiento de los sustratos energéticos, desarrollamos un complejo, pero
muy eficaz, sistema de regulación mediante un sensor energético, la quinasa
activada por monofosfato de adenina (AMPK). Cuando se agotan depósitos (por
ejemplo de glucógeno), la relación AMP/ATP aumenta ya que el ATP empleado en
obtener energía no se reconstituye. En ese momento se activa AMPK con la
finalidad de iniciar rutas metabólicas que permitan reponer el ATP agotado. Una
vez activada, la AMPK fosforila proteínas de sistemas de señalización
intracelular que desembocan en la estimulación de vías catabólicas que producen
ATP y en la inhibición de vías anabólicas que consumen ATP. Ahora sabemos que
AMPK representa no solo un sensor de energía, sino un eficaz regulador
energético. Su activación en el músculo esquelético, hígado y tejido adiposo
aumenta el metabolismo, la sensibilidad a la insulina y la expresión de algunos
genes, todo ello para preparar al organismo para el esfuerzo físico de la caza.
Por tanto, cuando imitamos ese esfuerzo con ejercicios en un gimnasio, lo que
hacemos es crear un ambiente metabólico favorable para la prevención o
tratamiento de la resistencia a la insulina, la esteatosis hepática y la
diabetes tipo 2.
También sabemos que la quinasa
puesta en funcionamiento por AMP se activa con el ejercicio físico de forma
dependiente a su intensidad, lo que es
muy relevante y nos aleja de los criterios anticuados de que caminar o
ejercitarse levantando pequeñas pesas es una actividad física suficiente, ya
que ambos tipos de ejercicio no activan la AMPK.
Finalmente, la dieta también
actúa ante este señalizador celular, de modo que una dieta rica en proteína y
grasas n3 (DHA), fibra y algunos alimentos (calabaza, frutos rojos…) lo activa.
Una vez explicados todos estos
mecanismos, ¿a qué les recuerda, queridos lectores, un ejercicio físico intenso, dieta rica en proteínas, DHA, fibra, frutas
rojas etc?
Efectivamente, ese era nuestro
ambiente natural en el paleolítico, de modo que ahora en el gimnasio, lo que
hacemos es permanecer en nuestro hábitat natural. Lo siento, pero comer tanto
carbohidrato y comida procesada, estar sedentario frente al ordenador y vivir
en esos grandes núcleos de población en donde no nos saludamos, es
absolutamente arriesgado para nuestra salud, de modo que en cuanto hay un gen
mínimamente defectuoso, se expresa y nos produce una enfermedad.
Si no es por nosotros, al menos
enseñemos a nuestros hijos para que aprendan a hacer deporte, a comer
adecuadamente, a convivir buscando la austeridad, la disciplina, el honor
personal y aprendan todo aquello que la humanidad nos ha legado y que supone
una tremenda responsabilidad si no somos capaces de trasladarlo a nuestros
descendientes, permitiendo que una generación de egoístas, soberbios,
despilfarradores y depredadores sin medida, liquide el futuro del ser humano en
nuestro planeta.
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