Hablemos ahora de la "fatiga central"
A menudo nos comparamos con otros animales pensando que somos pésimos en el esfuerzo físico. Pensamos que lo que poseemos, por encima de todo, es un cerebro capaz de ponernos en el punto más alto de los depredadores. Es verdad que somos menos veloces que un hipopótamo y que apenas seríamos capaces de sobrevivir un día en una selva tropical. Sin embargo, cuando vemos a las tribus de cazadores recolectores que aún quedan, podemos observar lo bien adaptados que están a sus entornos. En este sentido, una de las capacidades que nos hacen sobresalir es la de realizar un esfuerzo sostenido en condiciones de calor y humedad. Pocos animales cazan de día en el entorno de intenso calor de la sabana africana y, entre esos pocos, nuestra especie destaca ampliamente. ¿Por qué? Por nuestra capacidad de mantener esfuerzos de larga duración termorregulando gracias a la evaporación del sudor, una extraordinaria adaptación de nuestra especie al fuerte calor de África, en donde evolucionamos dentro del g