El AMPk
En mis últimas lecturas acerca de cómo aplica la
clínica los conocimientos que provienen de la investigación, he observado que
cada vez son más numerosas las aplicaciones de compuestos y fármacos que
activan la quinasa del AMP (AMPk).
Vamos a explicar muy brevemente lo que es el AMPk y lo
que se intenta hacer al manipularlo.
Cuando estamos agotados en pleno esfuerzo y consumimos
ATP para la contracción muscular, empleamos todos los sustratos energéticos
disponibles en función de la intensidad y duración del ejercicio. En estas
circunstancias –y siempre teniendo presente que el organismo no entiende la
actividad física como entretenimiento, sino como supervivencia-, ponemos en
marcha una serie de señalizadores para evitar ahorrar combustible inhibiendo
vías metabólicas que no son vitales en ese momento. Así pues, esta quinasa
inhibe las vías que consumen energía, tales como síntesis de ácidos grasos y
de esteroles, y activa las vías catabólicas, tales como la oxidación de ácidos
grasos. Se trata, por tanto, de un sistema de aprovechamiento máximo de la
energía en el organismo para el ejercicio que se está realizando (cazar, por
ejemplo).
El ayuno, el estrés térmico y otras
muchas circunstancias, agotan el ATP, activando ese mecanismo que, a su vez,
actúa a nivel de todo el organismo poniendo en marcha una cascada de señales
–tal como se aprecia en la figura-.
Cuando esto no ocurre (por ejemplo en
los sedentarios), se alteran todas estas vías y se deja el paso libre a las
enfermedades metabólicas (diabetes II) que nos generan una inmensidad de
problemas en este momento. Muchos autores explican esta situación recurriendo a
las explicaciones evolucionistas en las que se dice que mientras que en toda
nuestra época de cazadores y recolectores agotábamos sustratos por el ayuno
obligado por circunstancias de caza y por la intensísima actividad física y
activábamos estos señalizadores creando todo un sistema metabólico orientado a
un esfuerzo físico intenso, en la actualidad, la presencia de alimentos
continua, hace que estas vías permanezcan inactivas, lo que genera resistencia
a la insulina, diabetes II y cardiopatía isquémica.
Pues bien, la activación de este
señalizador es clave para evitar estas enfermedades, pero también parece serlo
en el envejecimiento. "Según las estadísticas nacionales para la diabetes,
el número de personas con diabetes diagnosticados y no diagnosticados en los
Estados Unidos llegó a 23,6 millones, que es el 7,8% de la población general,
en 2007. El número total de personas en el mundo con diabetes se prevé que
aumente a 366 millones en 2030. Los
laboratorios ya han intuido la importancia de sacar fármacos para estas
dolencias y han desarrollado varios agentes terapéuticos, incluyendo
metformina, sulfonilureas, los inhibidores de la dipeptidil peptisasa (DPP-4),
los agonistas PPARÎ, inhibidores alfa- glucosidasa I, la insulina y los
análogos de GLP-1. Sin embargo, nos olvidamos de que el principal mecanismo (y
más natural) es activar la AMPk haciendo ejercicio físico.
¿Cuánto ejercicio? Pues
incluso breves episodios de ejercicio activan la AMPK si se hacen bien. El
ejercicio intenso interválico es un ejemplo y nos lleva a la consideración de
que la prescripción de ejercicio debe incluir sesiones de ejercicio
intermitente a niveles máximos (lo que obliga a una adecuada revisión médica
previa). Estos ejercicios activan AMPK y
otros señalizadores (p38 MAPK) y aumenta la expresión de PGC-1 alfa, lo que
puede explicar en parte la remodelación metabólica que inducen estos ejercicios
intensos pero breves.
Por otro lado, el
envejecimiento se asocia con una pérdida total de la función a nivel de todo el
organismo que tiene su origen en el deterioro celular. La mayoría de los
componentes celulares, incluyendo la mitocondria, requieren un continuo
reciclaje y regeneración a lo largo de la vida útil. Las mitocondrias son
particularmente susceptibles a dañarse con el tiempo, ya que son la principal
maquinaria bioenergética y fuente de estrés oxidativo en las células (aumento
de entropía). El control efectivo de la biogénesis mitocondrial, por lo tanto,
se convierte en fundamental para el mantenimiento de la producción de energía,
la prevención del estrés oxidativo endógeno y la promoción de un envejecimiento
saludable, y ahí, aparece de nuevo este señalizador.
¡Hay que activar el
AMPk! ¿Y cómo lo podemos hacer?
1.- Actividad física
intensa (pero no necesariamente alargada en el tiempo)
2.- Ayuno ocasional
3.- Algunos nutrientes
y plantas.
4.- Fármacos
específicos, aunque en este caso prefiero no entrar, ya se encargan los
laboratorios de bombardearnos con medicamentos.
Por cierto, algún día diré lo
que pienso al respecto, pero de entrada comentaré que este sistema, actual, es
perverso en sí mismo y lo único que puede alterarlo es la educación ciudadana.
El médico no tiene posibilidad de recetar ejercicio y suplementos, porque el
paciente considera que ambos debería costearlos la seguridad social. Sin embargo,
sí puede prescribir medicamentos, con lo cual “se ve obligado” aunque fuera un
defensor de métodos alternativos (que ya es mucho decir), a recetarlos.
Bueno, pues en las
tareas educativas, que es en lo que estoy, vamos a dejar claro que es más
efectivo perder peso, hacer ejercicio físico intenso (con una buena
prescripción y un buen entrenador) y llevar una dieta adecuada (“fuera carbohidratos
simples de una vez”), tomando también los suplementos precisos (controlados por
un buen nutricionista). ¿Es caro y utópico? ¿Alguien se ha puesto a hacer
números y me puede explicar que es más caro crear equipos sanitarios con
médicos, entrenadores y dietistas que pagar fármacos, y el paro a jóvenes que
podían encontrar una salida profesional? Y, por cierto, si no se estudian
nuevos métodos, no se ensayan nuevas terapias, y no se acometen iniciativas
novedosas ¿Para qué están los políticos? ¿Ah, bueno, para tapar la boca a los
técnicos que se lo decimos…! Vale, no me había dado cuenta.
Enfin, a lo nuestro,
voy a poner un listado muy curioso con los promotores de AMPk nutricionales (ya
hemos dicho que el más importante es la actividad física intensa).
- Alpha lipoic acid (Lee. 2005; Wang. 2010; Packer. 2011)
- Artemisia sacrorum Ledeb (Yuan. 2010)
- Astragalus (Zhou. 2009)
- Berberine (Ma. 2011)
- Caffeine (Jensen. 2007; Spirydopulos. 2008; Egava. 2009)
- Capsaicin (Kim. 2010)
- Catechins / green tea (Huang. 2009; Murase. 2009; Reiter. 2010)
- Chromium (Wang. 2009)
- Cinnamon (Huang. 2011)
- Conjugated Linolic Acid (CLA) (HSU. 2011)
- Coptidis Rhizoma (CR), the dried rhizomes of Asian herbs (Egawa. 2011)
- Cordyceps sinensis (Wong. 2010)
- Creatine (Ceddia. 2004)
- Curcumin (Kim. 2010)
- DHA (Jing. 2011)
- Ecklonia Cava (Kim. 2010)
- Garlic (Lee. 2011)
- Ginseng (Juang. 2010)
- Glucosamine (Kong. 2009)
- Grape seed extract (Meeprom. 2011)
- Hibiscus sabdariffa extract (Yang. 2010)
- Kidney bean extract (Lee. 2009)
- Malva verticallata seeds (Jeong. 2011)
- Mulberry extract (Tsuduki. 2009)
- Nicotine (Cheng. 2007)
- Pu-erh tea (Way. 2009)
- Quercitin (Jung. 2010)
- Raishi Mushroom (Lane. 2011)
- Resveratrol (Fullerton. 2010; Lin. 2010; Breen. 2008)
- Vanadium (Hwang. 2011)
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