¿Realmente somos tan diferentes?
Recientemente he leído el éxito comercial que ha tenido un
fisiólogo norteamericano (Allen Lim) que trabajó como asesor del equipo
ciclista Slipstream (ahora Cannondale-Garmin Pro team). Comentó que creó la
compañía de suplementos y bebidas para depostistas Kratchlabs al observar los
problemas que tenía con las bebidas comerciales no demasiado bien toleradas por
los ciclistas. La compañía, ahora, es un éxito comercial y vende productos por
centenares de miles de dólares.
Cuando leo la formulación de sus bebidas, compruebo la enorme
similitud con la que formulamos hace más de catorce años para Hero y recuerdo
las vicisitudes que tuvimos hasta conseguir la formulación deseada y la bebida
en producción.
Recuerdo los problemas con Marketing cuando insistíamos en
añadir el citrato sódico (una de las claves de la formulación de Lim) y se
quejaban de que una bebida tan salada no tendría éxito comercial. También
recuerdo que fue la primera vez que añadimos antioxidantes provenientes de
frutas rojas y un poco de aislado de suero de leche para darle un mínimo
proteico.
Investigamos en equipos ciclistas tan importantes como la ONCE y en ciclistas profesionales de otros equipos y tuvimos un éxito científico indiscutible, ya que la
formulación fue galardonada con el premio nacional de Medicina del Deporte de
ese año (fuimos todo el equipo de I+D de Hero a recoger el premio a Oviedo).
Sin embargo, la bebida no llegó a los comercios ya que no se consideró
conveniente en términos de estrategia de mercado en ese momento.
Probablemente, en USA, la situación hubiera sido distinta ya
que ese esfuerzo investigador hubiera dado lugar a una empresa propia y hubiera
tenido el éxito comercial. España es diferente, y mucho me temo que la línea de
productos marca Doctor Villegas que estamos sacando adelante con tanto esfuerzo
y tanta ilusión, se quede en algo similar ya que el apoyo de Marketing y
publicidad que necesita, lógicamente no se lo podemos dar. Pero esa es la
diferencia entre nosotros y esos grandes países, no es que no tengamos ideas
brillantes y científicos sobresalientes, sino que las ayudas se destinan a
empresas meretrices, con contactos políticos y amigos influyentes.
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