En estas fechas... Unos consejos más.
Y llegaron las Navidades… Esa época del año en la que tienes
que tomar dulce, beber alcohol, comprar lo innecesario y ser feliz por
obligación. Curiosamente es, posiblemente por esa razón, por la que hay más
depresiones que en el resto del año. Hay mucho de tribal y de seguimiento de
masas en ello, y quien intenta ir contra corriente, sencillamente es barrido
por la inmensidad del conjunto.
Sin embargo todo es falso en estas fechas, empezando por la
propia celebración cristiana, ya que la conmemoración del nacimiento de Jesús es
el resultado de un error que cometió en el año 533 el monje Dionisio el Exiguo.
Empezamos, pues, un año despidiendo medio borrachos el
anterior, en una especie de catarsis inversa en la que damos rienda suelta a
todo aquello que nos aleja de nuestra modernidad como especie, dejando durante
un tiempo que nuestros instintos más básicos nos gobiernen.
Bueno, no seré yo el que ponga la nota diferente en este
momento, ni mucho menos el que intente aguar la fiesta, entre otras cosas
porque escribir sobre temas de este tipo no es el objeto de mi blog.
Voy, a centrarme en lo que puedo opinar con un poco más de
conocimiento y experiencia, que es en la forma en que podemos sortear estas
fiestas sin deteriorar nuestro estado de forma.
Decía en un artículo escrito por estas fechas, que la
práctica deportiva de competición no entiende de excesos alimentarios sean las
fechas que sean, pero el resto de los lectores que, simplemente hacen ejercicio
para sentirse mejor (y a veces correr algún maratón o salir en bici por esos
hermosos caminos de nuestra geografía), sí pueden tomarse alguna licencia y
comer un poco de más o beber lo suficiente para sentirse alegre y comunicativo.
Y aunque hay un montón de consejos bien intencionados para
evitar los problemas del después, yo me atrevo a lanzar algunos personales con
el objetivo de que os puedan servir.
Si pensamos en una cena de Nochebuena copiosa, lo mejor es
prepararse previamente con una comida rica en fruta y verduras. Posteriormente,
cuando empecemos la cena, lo ideal es beber un par de vasos de agua, pasar de
entremeses salados y comer proteínas dejando de lado los carbohidratos. Si nos
gusta el vino, lo ideal es tomar un tinto de reserva (cuanto más caro, más
comedidos seremos con él).
El amanecer siguiente a una resaca se combate hidratándose
al máximo con agua sola (mejor la carbónica). No debemos dejar los Omega3. El
té verde es una bebida óptima para estas fechas.
Vamos a desearnos todos una Feliz Noche Buena y celebremos
que hemos sido medianamente capaces de afrontar el cambio climático que estamos
creando, que es para celebrarlo. Y aunque algunos piensen que voy a hablar del
día 20, pues no lo haré, porque al contrario que en París, no creo que el día
21 vaya a cambiar nada en este país de todos los demonios que decía Gil de
Biedma.
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