Reflexionando sobre el comentario de una nutricionista clínica
Leo el escrito “Tribulaciones
de una nutricionista clínica” en el que la Licenciada en Nutrición Julia
Rodriguez Bugueiro dice textualmente:
“Comencé la carrera de Nutrición en la Universidad de Buenos Aires
movida por la pasión de conocer la relación entre los alimentos y la salud.
Durante la carrera este concepto quizá un poco ingenuo de los alimentos buenos
y malos se reforzó. Aprendimos que para seguir un estilo de vida
saludable debíamos seleccionar alimentos, consumir mayor cantidad de algunos,
disminuir el consumo de otros y erradicar de nuestras vidas algunos en
particular. Muchos de estos conceptos se convirtieron en los pilares de la
carrera y de mi cuerpo de creencias”.
Y
ahora resulta que…. Me
desmontan todo lo aprendido y me dicen que no es correcto
Cuadro resumen
Efectivamente, en estos años
me ha tocado vivir en primera persona los profundos cambios en los conceptos
clásicos de la alimentación humana. La exigencia del deporte de élite al que
había que apoyar sin dopar nos puso en evidencia que los dogmas imperantes no
se podían aplicar con éxito a los deportistas.
Así, en estos años hemos
conseguido introducir el ejercicio físico en la pirámide alimentaria norteamericana
(en la que se ve una persona ascendiendo por el lateral de la pirámide). Se han
aumentado las cantidades de requerimiento básico de nutrientes tan importantes
como vitaminas y minerales. Hemos liberado nutrientes de su mal ganada fama de
generadores de enfermedad, como en el caso de algunas grasas saturadas, al tiempo
que se han descubierto las características casi tóxicas del exceso de azúcares
simples, de las grasas trans... Se han conocido las propiedades casi mágicas de
ácidos grasos como el n3 DHA. Se han puesto en tela de juicio alimentos
básicos, como los lácteos (beta casomorfina), cereales (gliadina), alimentos
procesados, etc. Se han liberado prejuicios sobre otros (huevos, ácidos grasos de cadena media…). Se abren debates sobre el exceso de hidratación
o de antioxidantes.. Se cuestiona a quien beneficia tanto marketing con las
propiedades de la cerveza, del vino tinto o del café, si es a los pacientes o a
las empresas productoras.
Hemos alimentado a nuestras vacas con piensos con carne
de cordero (y aparecieron los priones infecciosos y un gravísimo problema de
salud pública). A las gallinas con pescado (huevos con omega3), a los pescados
con pienso con proteína animal, llegando al extremo detectado por
investigadores y publicado en Science de que los salmones criados en
piscifactoría tenían más contaminantes químicos que los salvajes (pesticidas,
hidrocarburos..) .
Hemos asistido a la
decepción de los alimentos funcionales, extraordinarios en su criterio
original, de aportar nutrientes deficitarios o modificar alimentos quitando sus
componentes poco aconsejables e introduciendo nutrientes de alto valor
nutricional. En este sentido, hemos visto como se llenaban los estantes de los
supermercados de alimentos más caros y menos saludables, conteniendo todo tipo
de reclamos basados en muy poco criterio y menos rigor científico. Así, han
aparecido yogures que mejoraban la inmunidad, leches que nos hacían adelgazar,
fiambres sin calorías etc etc. Y los azúcares simples, llenándolo todo,
presentes en todos los alimentos y bebidas.
Y termina nuestra licenciada
con estas frases:
¿Tanto cambiaron las cosas? Y todo lo que yo
sabía, ¿ya no era más así?
Parece que sí, que
las cosas cambiaron...
Mi mayor aprendizaje
es que una buena parte de mi cuerpo de creencias, que supuse sustentado en
pruebas científicas sólidas, está en un tembladeral. La ciencia avanza, las
comunidades científicas investigan y siento como exigencia que los
profesionales de la salud estemos actualizados y que las recomendaciones
nutricionales que damos acerca de lo “bueno” o “malo” para nuestra salud estén
basadas en las mejores pruebas científicas disponibles, una Nutrición basada en
evidencias.
Pues sí, ese es el reto,
leer constantemente publicaciones científicas. Estar al tanto de las novedades
y los consensos y guías profesionales y mantenerse alerta ante la presión de
las todopoderosas empresas de la alimentación.
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