La utilidad de los suplementos en la práctica deportiva
Son nuevos tiempos y
con ellos ha aparecido una nueva faceta del “consumidor enterado”.
Antes (en mis tiempos
de médico joven), nos encontrábamos con el paciente que leía los prospectos con
atención y volvía a la consulta explicándonos los terribles efectos de lo que
le habíamos prescrito. Preguntaba a otros pacientes, se dejaba la medicación
cuando consideraba que ya no hacía falta (destrozando la acción de
antibióticos, por ejemplo), o se bajaba la dosis para evitar que le hiciera un
efecto indeseable.
Ahora tenemos los
pacientes expertos “en internet”. Escudriñan las páginas web en donde se
explican las patologías que se les han diagnosticado, intervienen en los foros
explicando los efectos particulares que tal o cual fármaco les ha producido
etc.
Quiero advertir al lector, que no
estoy en contra de la satisfacción de la curiosidad natural que todos tenemos,
y menos teniendo en cuenta que de lo que se trata es de aliviar un padecimiento
que le atañe a uno mismo. De hecho, pienso que la solución a este problema la da el mismo medio
tecnológico que la crea, es decir, internet y las redes sociales. Yo mantengo
una correspondencia fluida con mis pacientes, de forma que no haya ningún lapso
de información ni se quede ninguna pregunta sin respuesta. De esta forma, soy yo el que lleno la laguna de información, no una web de la "nube".
Ahora bien: ¿Qué pasa
con los que están fuera del control del especialista y solo contemplan la “veraz
y densa información” de internet?
Pues ocurre que cuando
por la razón que sea, los tienes en la consulta, te comentan que toman los
suplementos tal o cual o cual. En general, son suplementos que tienen
argumentos razonables y que, probablemente, serían lo que yo les prescribiría,
pero hay una gran diferencia….
En general, esos
suplementos provienen de las publicaciones (realizadas con buena intención por
parte de los comunicadores), en las que se destaca el estudio realizado con el
suplemento y su acción ergogénica. Es el caso de la Creatina, Aminoácidos
Ramificados, Omega 3, Vitamina D3, HMB, Aislado de suero de leche etc. El
paciente, puede sorprenderse de que al final de la consulta, mi prescripción
sea muy parecida a la suplementación que estaba tomando. Sin embargo, solo es
igual el resultado final, pero se olvida todo el argumento inicial e
intermedio. Les falta saber que he tenido en cuenta el deporte (aerobio,
anaerobio, mixto…), el momento del entrenamiento (mesociclo), la dieta habitual
(falta de nutrientes, interacciones..), e incluso la dosis y prescripción
(antes, durante, después del entreno etc etc).
En mi experiencia, he
tenido casos en que el deportista tenía un déficit de alguna vitamina
(generalmente por falta de la ingesta adecuada de verduras) y sin embargo
tomaba suplementos proteicos. O bien, tomaba el suplemento adecuado (omega3)
sin considerar la ingesta simultánea de aceites n6, o tomaba el suplemento
inadecuado para su deporte (es el caso de creatina en nadadores), o en el
momento incorrecto (aminoácidos ramificados fuera del horario específico de
entreno) etc etc.
Ahora mismo, este
razonamiento se observa en la prescripción de vitamina D. Primero alertamos de
los argumentos teóricos para su valoración (criterios de baja exposición al sol
en la época actual). Después empezaron a publicarse estudios en los que se
observaba el déficit en poblaciones de deportistas y la mejora en el
rendimiento tras su ingesta. Ahora vienen las publicaciones en las que se
estudian los efectos negativos de mantener niveles elevados en plasma.
Otro ejemplo podría
observarse con los suplementos de Omega3 que, como investigador en este campo,
he observado en multitud de estudios. No me explico cómo puede saber una
persona cualquiera, si tiene que tomar un suplemento de Omega3, qué
tipo y qué dosis. Con los estudios que hemos hecho en mi grupo de investigación
y la cantidad de barbaridades publicadas, no considero que exista un
conocimiento medianamente apto ni entre los profesionales de la nutrición.
¿Cómo puede salir un cliente que entra en una parafarmacia con un suplemento de
Omega3 correcto para él? La posibilidad de que le sea útil es de 1 entre 100.
Menos mal que en la inmensa mayoría de los casos, el único perjudicado es el bolsillo (por el gasto en algo inútil), aunque con los tiempos que corren, debería ser algo suficientemente valorado.
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