Mantras de la dietética
Empleo la palabra “mantra”, no en su sentido etimológico
puro, sino valorando el aspecto repetitivo que hace que no lleguemos a
racionalizar lo que decimos, concentrándonos en repetir una y otra vez el mismo argumento.
En este sentido, voy a valorar algunos de los “supuestos
científicos” que repiten una y otra vez los detentadores de la doctrina oficial
(profesores, miembros de colegios oficiales, supuestos expertos etc.)
1)
La dieta mediterránea es la opción más
saludable.
Esta dieta se estudió, inicialmente, en una
isla (Creta) con un estilo de vida muy activo físicamente (por la escasa
mecanización del agro) y frugal (la comida estaba bastante racionada), con una
ingestión predominante de productos vegetales y reducida en productos de origen
animal. La comparación se estableció con
una dieta rica en grasas saturadas y carbohidratos simples, en una población sedentaria (USA) gracias a la
mecanización del campo, la utilización de gruas y sistemas mecánicos
sustituyendo el trabajo de descarga en puertos y construcción y el
establecimiento de una cultura ciudadana de oficinas.
Por ello, lo que se llamó vía mediterránea era todo un estilo de vida, no solo una dieta. Luego llegó la manipulación dando entrada a la dieta mediterránea en la cual cada industria encontró una justificación para incluir su producto (el vino, el aceite de oliva etc ). Posteriormente la gran presión de la industria ha dado lugar a decenas de investigaciones sobre las ventajas de cada uno de los supuestos ingredientes de esa “dieta mediterránea”. Llega uno a tener la impresión de que sin tomar vino, legumbres, aceite de oliva y demás, no se puede estar sano.
Por ello, lo que se llamó vía mediterránea era todo un estilo de vida, no solo una dieta. Luego llegó la manipulación dando entrada a la dieta mediterránea en la cual cada industria encontró una justificación para incluir su producto (el vino, el aceite de oliva etc ). Posteriormente la gran presión de la industria ha dado lugar a decenas de investigaciones sobre las ventajas de cada uno de los supuestos ingredientes de esa “dieta mediterránea”. Llega uno a tener la impresión de que sin tomar vino, legumbres, aceite de oliva y demás, no se puede estar sano.
En definitiva, no es el consumo de legumbres,
aceite de oliva, vino tinto etc lo que proporciona salud, sino el ejercicio
físico, la ingesta calórica justa, pescado y verduras salvajes.
2)
La ingesta de grasas es nociva para la salud.
En realidad el tema de las grasas en la
alimentación humana es tan complejo que ni los consensos científicos
internacionales se ponen de acuerdo (en una reciente reunión de la FAO, los
expertos en nutrición no pudieron consensuar los porcentajes de grasas ideales
para la población).
De momento, lo que sí tenemos claro es que
a)
Las grasas saturadas no son tan nefastas en sí
mismas como se había propuesto hasta ahora (no lo son en absoluto en una dieta
de una población físicamente muy activa, pero sí lo son en una población
sedentaria).
b)
Las grasas “trans” procedentes de la industria
son, claramente, perjudiciales
c)
La relación grasas poliinsaturadas n6/n3 está
muy desequilibrada a favor de las n6 y eso favorece problemas inflamatorios
crónicos
3)
No hay alimentos malos ni buenos. Con
moderación, el azúcar (pasteles, bollería etc) es un alimento que se puede
tomar.
Pues depende del grado de salud y
tolerancia que se tenga. Digamos que un resfriado es algo benigno que se puede
tolerar, pero ¿es necesario exponer al organismo a una situación de risgo? ¿Y
para los pacientes con otras enfermedades de base? Lo ideal sería evitarlos si
pudiéramos hacerlo tan fácilmente como podemos renunciar a los hidratos de
carbono simples. Nuestro organismo ha evolucionado ante situaciones de estrés
enorme como ocurría diariamente en nuestra época de cazadores, generando
mecanismos de recompensa cerebral muy potentes ante alimentos escasos en la
naturaleza y muy energéticos, como la miel de las abejas o el azúcar de la
fruta madura etc. El problema es que ahora, ese mecanismo cerebral de recompensa
se nos dispara ante una carta de postres
en un restaurante, cuando, en realidad, nuestra ingesta habitual está por
encima de nuestras necesidades.
Todavía recuerdo el correo que me envió un
representante de las empresas azucareras para que me sumara (por dinero, claro)
a una campaña en la que los expertos en nutrición aconsejaban tomar azúcar en
cantidades moderadas con eslóganes como que es bueno para el cerebro etc y que
en cantidades moderadas no tiene ningún peligro (evidentemente, conmigo
pincharon en hueso).
Mi opinión es que hay alimentos que,
claramente, debemos desterrar de nuestras preferencias de forma, prácticamente
total.
4)
Tomar vitaminas y/o antioxidantes no es bueno
Este tema está muy vigente ya que
hay una corriente de la nutrición, digamos oficial, criticando los supuestos
beneficios de tomar antioxidantes como suplementos. Los conceptos en que se
basan son.
a)
La oxidación es un proceso natural, utilizado
por el organismo para combatir patógenos y de cuya acción se defiende mediante
procesos endógenos, fundamentalmente.
b)
Los antioxidantes que se toman son degradados en
el intestino y no actúan en el lugar de la posible oxidación
c)
Los estudios efectuados con antioxidantes en
poblaciones amplias y con una cierta garantía de seriedad y rigor, alertan de
que el consumo excesivo de antioxidantes puede ser, incluso, contraproducente.
Pues bien, yo sigo preguntándome
por qué los mineros del Cinabrio en las minas de Almadén, tomaban
compulsivamente granadas (fruta rica en antioxidantes fenólicos). Por qué los
oftalmólogos hablan, actualmente, de corregir problemas oculares con la dieta (zinc
para la retina de los ojos, zanahorias, rábano, tomates y yodo, que previene la
sequedad de los ojos etc). Por qué los nefrólogos aconsejan granadas para la
próstata, o arándanos. Cacao puro, té verde, uva negra etc etc son constantemente
recomendados por distintos médicos especialistas, no solo por naturistas o
herbolarios.
Mi criterio es volver la vista atrás
y estudiar los alimentos que tomábamos en nuestra dieta ancestral y veremos que
eran ricos en antioxidantes naturales (bayas, frutas salvajes que se consumían
con piel, semillas etc, raíces etc etc). No es lo mismo tomar un comprimido de
ácido ascórbico (vitamina C) que tomar un par de kiwis, del mismo modo que no
es lo mismo comerse un filete de hígado que tomar sulfato ferroso.
5)
Una dieta rica en proteínas es nociva y provoca problemas
renales y descalcificación
Bueno, esto creo que ya está
suficientemente probado que no es cierto (remito a los lectores a la entrada: http://dieta-paleolitica.blogspot.com.es/2011/01/para-los-que-todavia-piensan-que-tomar.html)
En definitiva, aunque somos un animal generalista, es decir,
que nos adaptamos a casi todo tipo de dieta, hay criterios generales que
debemos tener en cuenta, pero por encima de todo está nuestra peculiaridad
individual (raza, hábitos, ejercicio físico, tipo de trabajo, exposición a
ambientes industriales, preferencias etc etc). La individualidad es lo que
valora el buen profesional, adaptando sus conocimientos y su experiencia al
caso personal que tiene que tratar. Esa es la mejor solución y desecha por
completo los sistemas tan en boga de seguir dietas por libros, modas, consejos
de amigos, vecinas etc
Comentarios
Respeto mucho su visión, siempre fundada en el estudio.
Un saludo de un colega médico, y por favor siga con esta tarea divulgativa, tan útil para tantos.
Somos ya bastantes y dentro de poco le daremos un vuelco al adoctrinamiento oficial de las Facultades y Universidades.
Un saludo a todos
¿Qué suplementacion recomendaría para un deportista que práctica crossfit (ejercicios ejecutados a alta intensidad tanto anaerobico como aerobicos) ?
Se trata de ejercicios de gimnasia, halterofilia y acondicionamiento metabólico.
Gracias
Gracias
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