Como sabéis, lo que en principio comenzó hace cuatro años como una forma de apoyar la divulgación de mis “novedosas” ideas sobre la alimentación humana, expresadas en mi libro “La alimentación de ayer, de hoy y de mañana”, se ha convertido en un proyecto empresarial en el que estoy plenamente volcado. Siempre he defendido el espíritu crítico y la desconfianza hacia lo que nos quieren “vender”, y más en los temas de alimentación y suplementos, incluso cuando se trata de un médico o profesor o científico. Mi consejo a los estudiantes era: Cuando os encontréis con un estudio “supuestamente científico” leed el patrocinio o los conflictos de intereses, seguro que detrás de una marca recomendada, hay un cheque al portador. Pues bien, el tiempo no solo me ha dado la razón, sino que me ha mostrado un mundo sucio de mercantilismo y medias verdades lleno de intereses, sueldos y comisiones. Pagué de mi bolsillo (que solo es el sueldo de un funcionario), la edición del libro y lo ofrecí ...