Reflexiones Olímpicas



Comienza el atletismo en los Juegos de Río y, otra vez, volveremos a ver a los corredores de origen africano (Asbel Kiprop, Almaz Ayana, Hela Kiprop, Eliud Kipchoge, David Rudisha…) en lo más alto del podio. ¿Genética?


Yannis Pitsiladis, fisiólogo deportivo y genetista de la Universidad de Brighton en Inglaterra, comentó que todos los fisiólogos sabemos que los genes son importantes. Simplemente no sabemos cuáles genes son.


Pero ¿Solo los genes?


Cuando en los años 40 los atletas finlandeses dominaron la escena global, surgieron teorías que hablaban desde la supuesta "energía climática" y la vasta naturaleza en la que vivían. En mis años de atletismo, la escuela finesa de corredores de fondo (Nurmi primero y luego Lasse Virén), era la imagen de lo que había que imitar. Todo se copiaba de ellos, incluso la dieta vegetariana que seguían muchos de ellos. ¿Había algo más? ¿Quizás una cultura de país?


Luego vino el deporte de los países de la órbita soviética en los años del telón de acero. La dedicación al deporte era de tal intensidad, que las ciencias aplicadas tomaron un impulso definitivo y le dieron al entrenamiento, carácter científico. 


Matveiev, Platonov y Bompa fueron artífices de una explosión de conocimiento acerca de la teoría del entrenamiento que ahora se aplica. ¿Era el método y el entrenamiento la base real?


Cuando estuve en Colonia en el año 1986 cursando mi beca postdoctoral, pregunté a los alemanes por el éxito de los deportistas del otro lado del muro y me lo explicaron de forma sencilla: En Alemania del Este, los jóvenes solo tienen el deporte para viajar y promocionarse. Aquí tienen muchas cosas que hacer aparte de entrenar.


El éxito de Haile Gebrselassie en la década de 1990 originó un auge del atletismo en su ciudad natal, Asella (Etiopía). Desde entonces, el centro de ese auge se ha trasladado a otras zonas. La gente sigue la televisión, escuchan hablar de sus ídolos y tratan de imitarles. "Asella y Bekoji en Etiopía, han sido históricamente los ejemplos más extremos de tales semilleros de atletas. 

Gebregziabher Gebremariam (el campeón mundial de campo a través en 2009) es de Tigray, la provincia más al norte de Etiopía, en donde han surgido más atletas de clase mundial en los últimos años.


Todas estas escuelas fomentan una cultura de competencia feroz y de entrenamiento muy duro y elitista. El que resiste el entrenamiento, se mantiene y llega al reconocimiento, viajes y –quizás- la fama y el dinero. 


Los genes están ahí, eso es seguro, pero el aprendizaje social es la fuerza más poderosa en la evolución humana. Ser reconocido por el grupo, alcanzar prestigio tribal, ese es el motor más trascendental de nuestra especie, y los Juegos Olímpicos lo están demostrando estos días.

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