Sobre la investigación de suplementos
Estos días he leído en la prensa
una noticia que, posteriormente, ha dado lugar a comentarios en blogs y redes
sociales que me llevan a escribir este artículo.
Se trata de una investigación llevada
a cabo por el Grupo de Investigación AGR-158 - Mejora de Razas y Genética
Molecular (MERAGEM) de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba.
Las conclusiones del estudio son que la Coca-Cola puede proteger contra el año
oxidativo, inhibiendo el crecimiento de las células tumorales, al menos en un
modelo de la conocida mosca de la fruta, la Drosophila melanogaster.
La investigación, publicada en la
revista Toxicology Letters, evaluó la capacidad toxica, la antitoxicidad,
genotoxicidad, antigenotoxicidad, extensión y calidad de vida del refresco. Se
estudió tanto el refresco con cafeína como sin cafeína.
Evidentemente, hay quien ha
sacado partido del tema aireando la investigación y publicando los resultados
con un titular único: “Descubren que la Coca-Cola SÍ tiene efectos
antioxidantes”.
Bien, vamos a analizar este tema
desde la perspectiva de quien ha sido investigador y ha publicado estudios que
concernían a grandes corporaciones alimentarias.
¿El trabajo está mal hecho?
¿Tiene algún defecto relevante? ¿Es tendencioso? ¿Falsea los resultados?
En absoluto. He leído la
investigación y, como revisor de artículos para la revista Archivos de Medicina
del Deporte, daría mi autorización a su publicación sin ningún problema.
¿Las conclusiones expresadas por
los investigadores son malintencionadas o pretenciosas? ¿Persiguen lucro
personal o para la institución?
No se puede deducir de la
publicación ningún interés manipulador
¿La conclusión es falsa o está
amañada?
La nota a prensa de la
universidad de Córdoba es correcta
¿Podemos concluir, por tanto, que
la Coca Cola ha demostrado efectos antioxidantes?
Sí, pero tan solo en las
condiciones del estudio, es decir, habría que reproducir la misma investigación
por otros equipos y hacer más estudios hasta conseguir consensos que pudieran
permitir hablar de demostración.
¿Tiene justificación el revuelo
organizado?
Aquí es donde se produce la gran
divergencia. Para los investigadores con experiencia en estos estudios, la
investigación apenas tiene relevancia ni trascendencia, y mucho menos en
relación con la salud de los posibles consumidores. El hecho de que tenga
propiedades antioxidantes en una línea celular y en unos animales de
experimentación en un único estudio es una gota en un lago. No hay nada
demostrado y menos que sea favorable para la salud. El nexo entre el final del
estudio y lo que parece quedar en el aire y que tanto ha alarmado, no existe.
No se puede decir que la Coca Cola haya conseguido demostrarle a un buen
dietista que su uso está exento de los efectos que conocemos en las bebidas
azucaradas. El problema es semántico y se debe a la falta de conocimiento de
cómo funciona la ciencia por parte del consumidor. Últimamente, estamos
asistiendo a un proceso deliberado de filtro de noticias sobre publicaciones
científicas a medios de difusión sin el filtro adecuado del periodismo técnico.
Los hospitales, las universidades, pero sobre todo las empresas, están ávidas
de noticias que confirmen las alegaciones que hacen sobre la bondad de sus
productos. Ese es el problema, nadie filtra la noticia y al llegar al
consumidor le golpea con tecnicismos dejándole el mensaje fácil del titular “Descubren que la Coca-Cola SÍ tiene efectos
antioxidantes” ¿Y qué? A mí no me han modificado mi opinión al respecto ¿Y a
ustedes?
Aplíquenle este baremo a los
centenares de reclamos que aparecen respecto a los miles de artículos que se
venden como suplementos y tendrán el argumento razonado de por qué a simple
vista parece que hay muchas ayudas ergogénicas, cuando en realidad podríamos
contarlas con los dedos de una sola mano.
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