El azúcar.. ¡Ay el azúcar!
Apuntes sobre el azúcar de mesa.
1.- ¿Es necesario tomar azúcar?
Ningún experto en nutrición humana lo asume.
Existe un argumento conceptual: La sacarosa, azúcar de mesa
o azúcar de caña, es un disacárido de glucosa y fructosa. La glucosa es el
combustible óptimo del cerebro, pero no es necesario que la consumamos, porque
el hígado puede convertir los aminoácidos (de las proteínas) y el glicerol (de
los ácidos grasos), en glucosa. Esta es la razón por la cual podemos ayunar
esporádicamente.
La fructosa, sin embargo, es innecesaria para cualquier
reacción bioquímica en células eucariotas; no hay requisitos biológicos y no
tiene ningún valor nutricional que no sea, simplemente, energía.
2.- ¿Es conveniente tomar algo de azúcar?
En la población que no practica deporte con intensidad, ni
tiene enfermedades metabólicas, la respuesta es” no”. No es necesario ni
conveniente.
Alrededor del 74% de los alimentos en supermercados o
supermercados contienen azúcar añadida. Los niños y adultos en los Estados Unidos
consumen una media de 18 a 20 cucharaditas diarias (La OMS considera que debería
quedar por debajo del 5% del aporte calórico (seis cucharadas, es decir, unos
25 gramos)”.
3.-¿Qué problemas de salud ocasiona el azúcar?
Aunque existen
poderosos intereses en vincular el azúcar de mesa “solo” con la obesidad
(reduciendo, así, el problema a un asunto de consumo exagerado de calorías), la
realidad es que los metaanálisis más recientes muestran que el consumo de
azúcar, después de excluir la obesidad, se correlaciona fuertemente con la
diabetes tipo 2.
Un análisis de la Food and Agriculture Organization of the
United Nations en 2011, mostró que simplemente la disponibilidad añadida de
azúcar, fue capaz de predecir en sí mismo, cambios en las tasas de diabetes
tipo 2: Así, por cada exceso de 150 calorías por día, la prevalencia de
diabetes aumentó en un 0.1%, pero si esas 150 calorías provenían de una lata de
refresco, la prevalencia de diabetes aumentó 11 veces (1,1%)
4.- ¿El azúcar genera adicción?
La fructosa, junto con la cafeína, son los responsables de
que la "comida rápida" sea adictiva. La glucosa produce saciedad o
plenitud, mientras que la fructosa no. La comida rica en grasa aumenta la
percepción sabrosa del azúcar, pero es el azúcar el que impulsa la recompensa.
A pesar de que el azúcar no muestra signos clásicos de retirada (como las
drogas tipo cocaína etc), la DSM-5 (el manual de clasificación de enfermedades
mentales), lo califica como “dependencia”
5.- ¿Existen cálculos sobre la incidencia del azúcar en la
morbi-mortalidad de un país?
Se calcula que las bebidas azucaradas, por sí mismas, matan
a 184.000 personas al año en todo el mundo. Una reducción poblacional del
consumo de azúcar agregado de solo el 20% podría reducir la obesidad, la
diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas, las tasas de mortalidad y los
gastos médicos dentro de los 3 años en los Estados Unidos.
6.- ¿Existen medidas que puedan contrarrestar el efecto
perjudicial del azúcar?
Si seguimos el ejemplo del tabaco, podemos ver que las
políticas que tienen como objetivo la disponibilidad o la aceptabilidad (por
ejemplo, el impuesto al azúcar de México), éstas son abrumadoramente eficaces para
frenar el consumo de azúcar. Sin embargo, la industria azucarera, sus socios y aliados
políticos, utilizan numerosos instrumentos para desviar la culpabilidad y desacreditar
el enfoque sanitario del problema. Algunas se basan en influenciar la ciencia
(patrocinar estudios paralelos de bajo rigor científico), y otras medidas se
dirigen a influenciar a la opinión pública
Ejemplos de ambos casos
a) Un análisis de citas de Web of Science de 2008 a
2016, que buscaba Conflictos de interés de Coca-Cola con respecto a la financiación,
identificó 779 artículos. Al compararlo con el propio sitio web de
transparencia de Coca-Cola (https://www.coca-colacompany.com/transparency/our-commitment-transparency),
se identificó 128 artículos y 471 autores que no fueron divulgados por
Coca-Cola, y 19 investigadores académicos que tuvieron contacto directo por
correo electrónico con la compañía
b)
Los estudios financiados por la industria son 7,61
veces más propensos a mostrar una conclusión favorable para esa industria. En
este sentido, la influencia de la industria en la distorsión de los mensajes de
salud pública, llega a instituciones que tienen responsabilidad en el ámbito
académico, como la Universidad de Sydney, que utilizó datos
"defectuosos" para afirmar que hay una “Paradoja Australiana”,
comunicando que la ingesta de azúcar ha disminuido, mientras que las tasas de
obesidad han aumentado, exonerando, por tanto, al azúcar como causa de la
obesidad.
Sin embargo, la veracidad de esos conjuntos
de datos y conclusiones ha sido ampliamente cuestionada por expertos
independientes.
7.- ¿Es un problema solo de elección o hay razones socio
económicas?
La comida sana en 2002, era dos veces más cara, que la comida
procesada, y su costo aumentó en 0,20 € al año durante los siguientes 10 años,
en comparación con la comida procesada, que aumentó 0,08 € al año (casi tres
veces más).
El problema es que luego pagamos con impuestos, el costo
sanitario que supone este ahorro en comida basura. Se calcula que los gastos
médicos derivados de la enfermedad metabólica crónica, relacionada con el
consumo de azúcar, provocarán una duplicación de los costos de Medicare en la
próxima década. En España, en 2012 el 7%
del gasto sanitario anual estuvo relacionado con el tratamiento del sobrepeso y
la obesidad. Un valor relativo que en cifras absolutas, supone más de 5.000
millones de euros al año
En España, las redes sociales más influidas por nutricionistas independientes y valerosos, abordan el problema y están generando una conciencia social que va llegando a todas las capas de la población, empezando por los más jóvenes (con mentalidad más abierta, más proclives a la actividad física y consumos más sostenibles), hasta ir alcanzando todas las capas de población. Caben desatacar campañas como la de Antonio R. Estrada, fotógrafo madrileño creador de sinAzucar.org
Creemos que debería promoverse este tipo de iniciativas con
el objetivo de crear una conciencia social de base que obligue a las empresas,
cuyo interés, al fin y al cabo es vender, a eliminar los añadidos innecesarios
de azúcares y etiquetar, claramente, la presencia de ellos en el producto
final.
Asimismo, debería eliminarse la publicidad de bebidas
azucaradas e imponer un impuesto que asuma el costo sanitario derivado del
consumo de esos productos, dedicando los recursos necesarios a la información y
educación necesarias para que la población en general, entienda el interés
propio (basado en su propia salud), de tener hábitos saludables, basados en la
ingesta de alimentos sanos y una actividad física adecuada.
Bibliografía a disposición en: https://www.medicinadeportivavillegas.com/contacto
Artículo en el que se basan los datos:
Malhotra A, Schofield G, Lustig RH. The science against sugar, alone, is insufficient in tackling the obesity and type 2 diabetes crises – We must also overcome opposition from vested interests. J. insul. resist. 2018;3(1), a39. https://doi.org/10.4102/jir.v3i1.39
Bibliografía a disposición en: https://www.medicinadeportivavillegas.com/contacto
Artículo en el que se basan los datos:
Malhotra A, Schofield G, Lustig RH. The science against sugar, alone, is insufficient in tackling the obesity and type 2 diabetes crises – We must also overcome opposition from vested interests. J. insul. resist. 2018;3(1), a39. https://doi.org/10.4102/jir.v3i1.39
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