Antiinflamatorios naturales
En esta época de "inflamación crónica de bajo
grado", sedentarismo y uso indiscriminado de medicamentos, vamos a tratar
un antiinflamatorio natural derivado de la piña, la bromelina, que asociado a
la curcumina (de la cúrcuma -ingrediente del curry-), pueden ser un aliado
importante y libre de efectos indeseables.
La piña se ha utilizado durante siglos como fruto, pero
también como antiinflamatorio natural. Su utilidad, en este sentido, se debe a
la bromelina que es un extracto crudo que proviene de la piña, sobre todo de
los tallos y frutos inmaduros, por lo que se refiere a veces como “extracto de
piña”. Se trata de una familia de enzimas proteolíticas, es decir, encargadas de
la digestión de las proteínas. Las enzimas proteolíticas se denominan sulfhidrilo
proteasas (requieren un grupo sulfhidrilo libre de una cisteína de la cadena
lateral para la función). Las dos enzimas principales son: Stem bromelina - EC
3.4.22.32 y Fruit bromelina - EC 3.4.22.33. Los demás constituyentes activos incluyen
peroxidasa, fosfatasa ácida, inhibidores de la proteasa, y calcio orgánico.
En estudios realizados en animales, la bromelina se absorbe
intacta en el tubo digestivo, encontrándose la mayor concentración en sangre una
hora después de administrarla, aunque la actividad proteolítica se desactiva
rápidamente. Su acción antiinflamatoria se debe en parte a la inhibición de la
síntesis de bradiquinina y el agotamiento del sistema de calicreína (una enzima
que favorece la liberación de cininas en el plasma por hidrólisis de sus
globulinas precursoras. Su origen se debe a la transformación de un precursor
inactivo, el calicreinógeno, que se sintetiza en muchos tejidos del organismo.
Esta transformación se produce por lesiones tisulares o procesos inflamatorios y
la limitación de la formación de fibrina.
Los experimentos realizados sugieren que también reduce la
migración de leucocitos al área de la inflamación y debido a su capacidad para
eliminar de la superficie celular moléculas como la CD128 chemokine receptors,
previene la adhesión de leucocitos en el lugar de la inflamación. In vitro (no
se ha comprobado aún en animales, inhibe la expresión de la ciclooxigenasa-2
(COX-2), lo que disminuiría la concentraciones de prostaglandinas (esto último
sí se ha comprobado en animales). La bromelina disminuye la activación plaquetaria
inducida por trombina y es un agente
fibrinolítico estimulando la conversión de plasminógeno a plasmina, resultando
en una mayor actividad fibrinolítica
Todo esto son tecnicismos, lo importante es que la bromelina parece actuar como una molécula de señalización, capaz de influir en una variedad de cascadas de señalización celular, muchas de las cuales son importantes para la supervivencia celular y que tienen relevancia en la inflamación, que como hemos comentado en diversas ocasiones, es un proceso complejo que el organismo utiliza como lucha y defensa, pero que en la actualidad se convierte en un proceso negativo a largo plazo debido a la presencia de dos condicionantes de nuestra civilización, el sedentarismo y la dieta desequilibrada en ácidos grasos n6/n3.
La dosis varía de 200 mg a 1.000 mg al día, y el momento del tratamiento es al margen de las comidas (suele darse tres dosis de 200 mg en los periodos interdigestivos).
La bromelina parece mejorar la absorción de la curcumina, el
compuesto activo de la cúrcuma, que también se emplea para el tratamiento de la
inflamación y el dolor, por lo que se suele recomendar tomar los dos productos
conjuntamente
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